este bloj (y sus ocasionales lectores) han sido testigos de los barrocos oníricos que suelen asaltarme cuando mi plano de consciencia se da de patadas con mi REM (no, michael stipe no vino, gracias)
anoche me quedé dormido con la radio prendida, y así quedó, mientras yo daba vueltas, revolviéndome entre mis sábanas y mis intrascendencias.
en algún momento de la noche, para variar, vino a mi uno de los temas recurrentes de mis sueños: el subte
y así me soñé yo, despertando en el vagón de una formación del subte que, ya vacía, se dirigía a dios sabe que oscuros y recónditos depósitos. lóbregos asilos de carcazas sin alma.
aterrado como nunca lo estuve en la vida real, y si muchas veces en sueños, intentaba salir, pero el tren ya había salido de la estación, y no tenía otra opción que salir por la puerta trasera (?!) y caer a las vías, para después empezar a correr de vuelta a la estación.
una vez arriba, me descubría perdido en alguna estación alejada de alguna línea de trenes metropolitanos. y, en algún momento, o en ninguno, por alguna razón... o no (como sucede todo en nuestras mentes liberadas de superyo) estaba hablando con alguien, que me contaba de bombas, explosiones, muertos... y yo no entendía bien como estaba entrando ese tema en mi habitual miedo a los túneles del subte.
entonces me desperté, y de a poco, con cierta dificultad, con enorme espanto, entendí que eso no era ya parte de mi sueño. era la radio, que se había apoderado del sueño. y lo que yo escuchaba, era el relato de un nuevo y más terrible atentado, probablemente llevado a cabo por la ETA, en varias estaciones del tren en Madrid