un abismo infecuente
una hendidura macabra, desafiante
inquietante agujero negro que trafica con la nada
una ventana al éxtasis prohibido, custodiada por uno y mil caballeros sin rostro, de yelmo plateado, rodeando los campos sagrados.
y escondidos en el fondo, dos tesoros vanos, y uno irreal
uno que es todos. todo
un tesoro que es la vida
la piedra dezeada y odiada
la condena más maravillosa, que odio hasta la desesperación
y que deseo sin tregua
te deseo
mezclado por
miércoles, octubre 01, 2003 | 4:47 p. m.