la libertad es, en algunas ocasiones, la peor de las condenas
porque uno es libre de callar
y los silencios duelen en el alma como espigas que nos entrecortan los ojos con sus lagrimas vanas, inertes, inutiles ya, elegido el silencio.
y se es tambien libre de sentir, y es eso que se siente lo que hace cada vez mas insoportable el silencio, mas dificil, mas doloroso... pero tememos. y es lo mas terrible, callar por temor, matar al alma por miedo de que otro la lastime.
las soledades vienen algunas noches, y nos gritan el susurro de nuestra humeda prision, voluntariamente autoformada, construida alrededor de nuestro corazon para aprisionar el dolor. para no dejarlo entrar, ni salir. asi tener nuestro propio dolor acostumbrado. nada nuevo. como dice una cece amiga: "si al dolor, no a los calmantes, sentir el dolor justo ahi..."
salir de nuestra prision de cristal. entregarnos de una vez al maldito juego de las pasiones. herir. ser heridos.
nada mas podemos hacer. solo esperar que cuando nos laceren las carnes los afilados dientes de la angustia, seamos redimidos por una mano calida, una caricia afectuosa y "veni, acercate, fue solo una pesadilla".
mezclado por
domingo, octubre 12, 2003 | 7:57 p. m.